El cóndor, señor, es el animal que está más cerca de extinguirse. Mire, deben quedar tres o cuatro nomás. Nosotros los tratamos de cuidar, pero se van, vio cómo son, el cóndor le vuela. Así que sabemos que hay más o menos tres o cuatro pero no sabemos por dónde andarán. El otro día nos dijeron que uno andaba por Mendoza, fuimos y ya se había ido. Y ¿cómo hacés para cuidar algo que no sabés dónde está? Nosotros pensamos que no se iban a extinguir, porque allá arriba los pibes no les pueden pegar con una honda, una piedra, no se enganchan con los hilos del teléfono, nada, pero parece que es por otra cosa, porque se están extinguiendo igual. Y se deteriora la especie, la última vez que vimos un cóndor desde un helicóptero, tenía una máscara de oxígeno. Mire cómo estará ese animal. Por eso acá con mi compañero tenemos algunos encerrados en casa, porque los otros no sabemos dónde andan y nos queremos asegurar de que no se extinga ese noble batracio.
-¿Pero cómo hacen? El cóndor necesita volar en las alturas.
-Vuelan, señor, vuelan: los tenemos atados de un piolín y le damos cien, doscientos metros de soga; y cuando es la hora de comer, acá mi compañero lo tironea un poco y lo baja, onda barrilete. El cóndor hace fuerza, no quiere venir, primero, pero cuando ve la comida, viene de lo más mansito. Pero a veces tenemos problemas con los demás empleados. El otro día un muchacho que trabaja con nosotros quiso invitar a los amigos a comer, no tenía nada y el cóndor le pareció una gallina grande y la liquidó; le retorció el cogote -le costó, eso sí, después nos dijo que le pareció que para gallina era demasiado fuerte- y ahí fue, al caldo directo. Comieron como diez, no podían creer lo rendidora que era esa gallina. ¿Y lo del oso panda, se acuerda? Otro empleado vio por ahí un par de osos panda que teníamos y le quiso regalar uno a su pibe, y bue...
-¿Se lo llevó? ¿Tenía jardín, espacio, como para mantener en condiciones a un oso panda?
-Embalsamado se lo regaló, porque así no había que sacarlo a pasear, llevarlo al veterinario, darle de comer. Igual, no había mucha diferencia porque el panda estaba siempre tan quietito que igual parecía embalsamado, un animal de lo más tranquilo, que nunca lo iba a molestar. Los animales, señor, a veces son mejores que las personas. Un animal nunca te va a engañar. Nosotros teníamos un zorrino, ¿y?, ¿nos engañó alguna vez el zorrino? No, señor.
-Jamás. Jamás. Claro que tampoco hablaba ni hacía ninguna otra cosa.
-Una lombriz no te va a engañar, más que nada porque no puede, su organización psicofísica es muy modesta y le impide robarte la tarjeta de crédito por ejemplo, o poner música fuerte a las tres de la mañana, pero bueno, al menos no puede. En cambio. mi cuñado el otro día me pidió quinientos pesos para comprar una ventana y no apareció más, me afanó los quinientos pesos. Eso el gato montés no te lo hace.
Teníamos un perezoso también, ése es otro que se está extinguiendo. Pero también, es tan lento que con razón se extingue. No le pone voluntad, si no pone algo de él tampoco podemos hacer magia...nosotros le decimos "Che, te estás extinguiendo, ponéte media pila, tené la actitud propia de una especie en extinción", y el tipo no, ahí colgado, como si fuera eterno.
Ahora, ¿el mamut ya se extinguió? Porque yo soy nuevo en esto de la ecología, todavía estoy aprendiendo y no llegué a la "M" del manual de bichos que se están extinguiendo.
-Pero sí, señor, hace muchísimo tiempo.
-Con razón...yo creí que la gente no quería colaborar, pero el otro día estábamos haciendo acá con mi compañero una colecta para defender al mamut, carteles hicimos, folletos, déle que déle defender al mamut y vino uno y nos dijo "Pero no, el mamut ya es finado hace rato, no hay más." Me estaba por dar cinco pesos y se los guardó.
-¿Pero cómo hacen? El cóndor necesita volar en las alturas.
-Vuelan, señor, vuelan: los tenemos atados de un piolín y le damos cien, doscientos metros de soga; y cuando es la hora de comer, acá mi compañero lo tironea un poco y lo baja, onda barrilete. El cóndor hace fuerza, no quiere venir, primero, pero cuando ve la comida, viene de lo más mansito. Pero a veces tenemos problemas con los demás empleados. El otro día un muchacho que trabaja con nosotros quiso invitar a los amigos a comer, no tenía nada y el cóndor le pareció una gallina grande y la liquidó; le retorció el cogote -le costó, eso sí, después nos dijo que le pareció que para gallina era demasiado fuerte- y ahí fue, al caldo directo. Comieron como diez, no podían creer lo rendidora que era esa gallina. ¿Y lo del oso panda, se acuerda? Otro empleado vio por ahí un par de osos panda que teníamos y le quiso regalar uno a su pibe, y bue...
-¿Se lo llevó? ¿Tenía jardín, espacio, como para mantener en condiciones a un oso panda?
-Embalsamado se lo regaló, porque así no había que sacarlo a pasear, llevarlo al veterinario, darle de comer. Igual, no había mucha diferencia porque el panda estaba siempre tan quietito que igual parecía embalsamado, un animal de lo más tranquilo, que nunca lo iba a molestar. Los animales, señor, a veces son mejores que las personas. Un animal nunca te va a engañar. Nosotros teníamos un zorrino, ¿y?, ¿nos engañó alguna vez el zorrino? No, señor.
-Jamás. Jamás. Claro que tampoco hablaba ni hacía ninguna otra cosa.
-Una lombriz no te va a engañar, más que nada porque no puede, su organización psicofísica es muy modesta y le impide robarte la tarjeta de crédito por ejemplo, o poner música fuerte a las tres de la mañana, pero bueno, al menos no puede. En cambio. mi cuñado el otro día me pidió quinientos pesos para comprar una ventana y no apareció más, me afanó los quinientos pesos. Eso el gato montés no te lo hace.
Teníamos un perezoso también, ése es otro que se está extinguiendo. Pero también, es tan lento que con razón se extingue. No le pone voluntad, si no pone algo de él tampoco podemos hacer magia...nosotros le decimos "Che, te estás extinguiendo, ponéte media pila, tené la actitud propia de una especie en extinción", y el tipo no, ahí colgado, como si fuera eterno.
Ahora, ¿el mamut ya se extinguió? Porque yo soy nuevo en esto de la ecología, todavía estoy aprendiendo y no llegué a la "M" del manual de bichos que se están extinguiendo.
-Pero sí, señor, hace muchísimo tiempo.
-Con razón...yo creí que la gente no quería colaborar, pero el otro día estábamos haciendo acá con mi compañero una colecta para defender al mamut, carteles hicimos, folletos, déle que déle defender al mamut y vino uno y nos dijo "Pero no, el mamut ya es finado hace rato, no hay más." Me estaba por dar cinco pesos y se los guardó.